El eco: Un documental de Tatiana Huezo que explora la vida rural de Puebla
Este 19 de junio de 2024 la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) dio a conocer las películas nominadas a los Premios Ariel, el galardón más importante de la industria cinematográfica mexicana. En esta ocasión “El Eco" , el documental dirigido por la reconocida Tatiana Huezo, recibe múltiples nominaciones incluyendo Mejor Película y Mejor Dirección.
Con una visión contemporánea y un tratado visual impresionante, la realizadora explora la vida rural y las comunidades indígenas a través de un retrato naturalista de la cotidianidad en el estado de Puebla. Su sensibilidad y su magia, le han hecho acreedora a ser nominada en múltiples categorías en la ceremonia de los Premios Ariel 66 en las categorías; Mejor Música Original, Mejor Sonido, Mejor Largometraje Documental, Mejor Fotografía, Mejor Edición,Mejor Dirección y Mejor Película.
Conoce más detalles de la ceremonia en nuestra nota:
“El Eco" es un documental que explora la mirada mística y mágica de los niños de El Eco, una pequeña comunidad rural al norte del Estado de Puebla, encontrando su perspectiva del entorno aún enternecida por la inocencia. Con bellas e impactantes imágenes, Tatiana Huezo construye una narrativa envolvente en su propia magia.
A continuación, te contamos todos los detalles de esta fascinante historia mexicana para que no te la pierdas.
¿De qué trata?
“El Eco” se centra en los niños que viven en el campo. Los niños ayudan desde pequeños en el cuidado de las ovejas, la cosecha y a los adultos mayores. El aire seco y frío de la montaña y la intensa luz del sol han envejecido su piel prematuramente y sus tempranas responsabilidades les hacen crecer demasiado pronto.
¿Quienes participan en ella?
El documental es producido por la compañía Radiola Films, fundada por Tatiana Huezo, junto al cinefotógrafo Ernesto Pardo (Tempestad) y la diseñadora de sonido Lena Esquenazi (Temporada de patos).
“El Eco” compite con la nominación a distintos miembros del equipo por su trabajo en la película, las cuales son Mejor Edición a Lucrecia Gutiérrez y Tatiana Huezo, Mejor Fotografía a Ernesto Pardo, Mejor Sonido a Lena Esquenazi, Martin de Torcy, Jaime Baksht y Michelle Couttolenc; y Mejor Música Original a Leonardo Heinlum y Jacobo Lieberman.
¿Por qué vale la pena verla?
El Eco es una pequeña comunidad rural ubicada al norte del estado de Puebla. Ahí vive apenas un centenar de personas, quienes dedican su vida a las tareas del campo. Con este proyecto, la directora busca no romantizar el campo: por el contrario, explora los peligros de la sobreexplotación de los recursos naturales al tiempo de que ofrece una mirada íntima a los retos y dificultades que enfrentan las familias de la comunidad, poniendo especial atención en las infancias.
“Los niños de El Eco siembran y asimilan desde muy pequeños la responsabilidad frente al cuidado de la tierra y de los animales. Entienden qué significa para sus vidas la muerte de un borrego, una helada sobre los campos de maíz o una sequía prolongada. También reconocen la satisfacción de sus padres cuando la tierra les devuelve en una mazorca dulce la terquedad puesta en el trabajo. Las emociones y dificultades personales de estos pequeños están permeadas por la naturaleza y por la fascinación de lo que hay en ella. El entendimiento que poseen los niños campesinos de que en la tierra “está la vida”, moldea definitivamente su visión del mundo, sus juegos y sus almas”, comentó la realizadora.
El proyecto lejos de ser un documental arraigado a las convenciones clásicas del cine, busca ser un ejercicio inmersivo de espacios y emociones que se manifiestan entre el acecho de las tormentas, la sabiduría de la tierra, los juegos y los enigmas de los niños. Todo lo anterior, se logra con la enorme capacidad técnica y narrativa que genera el sonido en la cinta, que funge como elemento metafórico de la vida transicional de los habitantes de la población.
“Para mí la mitad de la película es el sonido. Siempre en mis películas es importante, pero aquí había más retos; cómo atrapar esta sonoridad y cómo construir a partir del título de la película, que rápidamente detona más cosas: El Eco es un elemento simbólico, metafórico, desde el cual hablas de cómo estos niños crecen en este lugar y cómo forjan su carácter y su identidad”, expresó Tatiana Huezo.
Otro de los elementos más importantes en este documental es la fotografía a cargo de Ernesto Pardo, pues a través de ellos se logra crear un lazo entre los habitantes de El Eco y quienes miran la película. Precisamente, este apartado visual logra crear un atmósfera auténtica y verosímil de la vida en el campo, reforzando la idea de un documental más íntimo.
“La certidumbre eran unos ojos como los de Ernesto, extraordinarios en su forma de mirar. Con la imagen, Ernesto y yo teníamos dos directrices: contar este pueblo como si fuera el último: es un mundo que está en peligro, bajo amenazas; teníamos que dar esta sensación remota, misteriosa, de la forma de cruzar el eco, el aire”, comentó la documentalista.
Esta nueva aproximación de Tatiana Huezo en el documental es algo muy valioso porque contribuyen a la diversidad cultural, sensibilizan sobre desafíos y luchas, documentan tradiciones en peligro, amplifican voces indígenas, educan, generan conciencia, e inspiran reflexión y diálogo.
Con siete nominaciones en los Premios Ariel 2024, “El eco” se perfila como una de las cintas mexicanas favoritas del público, y el próximo 7 de septiembre, veremos el desenlace de todo su esfuerzo en el Teatro Degollado de Jalisco.
¿Dónde la puedo ver?
"El Eco" llegará el próximo agosto de 2024 a pantallas de cine comerciales con el sello de distribución Pimienta Films.
El eco
México | 2023 | 102 min
Directora: Tatiana Huezo
Sinopsis
En un remoto pueblo fuera del tiempo llamado El Eco, los niños cuidan de las ovejas y de sus abuelos. Mientras el invierno y la sequía azotan el lugar, ellos aprenden con cada acto, palabra y silencio de sus padres a entender la muerte, el trabajo y el amor. Una historia sobre el eco de las cosas que se adhieren al alma, sobre la certeza del cobijo que podemos encontrar junto a los que nos rodean, sobre la rebeldía y el vértigo frente a la vida. Sobre crecer.