Las películas de corte apocalíptico, son las que exploran el colapso de la sociedad y el fin del mundo, han sido un género cinematográfico de gran interés y fascinación de parte del público a través de los años. Además, estas obras ofrecen una ventana a nuestros miedos más profundos y una reflexión sobre la fragilidad de la condición humana, así como una crítica a nuestra capacidad para enfrentar eventos catastróficos.

A mediados de los 90, una escuela de meditación comenzó a difundir entre sus alumnos, que se acercarían tres días de oscuridad total, y los papás del realizador Iván Löwenberg lo creyeron ciegamente. Esta experiencia del cineasta sirvió como premisa para la realización de la cinta “No quiero ser polvo”, un filme de ficción que explora temas existenciales y espirituales en un mundo apocalíptico.

“No quiero ser polvo” es una coproducción argentina y mexicana que inició su recorrido en el Festival Internacional de Cine de El Cairo, además de dos festivales mexicanos: la séptima edición de Black Canvas Festival de Cine Contemporáneo, y la edición 19 de FICMonterrey.

Actualmente, la cinta tuvo su estreno en salas de cine en México.

A continuación, te contamos todos los detalles de esta singular cinta para que le des una oportunidad.

¿De qué trata?

Bego decide renunciar a sus planes de vida para ocuparse de las tareas domésticas. Vive aburrida y temerosa de ser intrascendente, pero esto puede cambiar cuando el grupo de meditación al que asiste anuncie un gran cataclismo: 3 días de oscuridad.

¿Quiénes participan en ella?

Iván Löwenberg, director de la cinta, se ha destacado por su extraordinaria forma de narrar historias con personajes femeninos muy fuertes, y este filme no es la excepción. La película es protagonizada por Bego Sainz, madre del cineasta, lo que afianzó una relación más estrecha e íntima entre madre e hijo, misma que ayudó a una mejor naturalidad de la historia.

El resto del elenco lo conforman Anahí Allüe, Eduardo Azuri, Agustina Quinci, J.C. Montes-Roldán, Mariana León, Mónika Rojas, Rodrigo Cuevas, Gerardo Monzalvo, Luis Felipe Castellanos, Manuel Poncelis, Romina Coccio, Ilse Miranda.

¿Por qué vale la pena verla?

En el segundo largometraje de Iván Löwenberg, “No quiero ser polvo”, una mujer de la mediana edad encuentra algún propósito en su vida, desde las revelaciones cósmicas que se comparten en su comunidad new age. La narrativa parte de la melancolía, para abismarse a un Apocalipsis que nos compete a todos: a quienes no creemos en él, y a quienes lo asumen como una forma íntima y fervorosa de habitar el fin del mundo.

Löwenberg desarrolla una película que transita por la comedia, el drama y la ciencia ficción, todo de forma natural. El filme es un trabajo que demuestra que no se necesitan impresionantes efectos especiales para que la ciencia ficción funcione, demostrando que lo importante es crear una atmósfera con una historia sólida y con personajes “reales” para conectar con la audiencia.

“Para mí el uso de la comedia era un intento de conectar con los deseos del personaje, verla vulnerable pero con cierta gracia. Siempre me ha gustado el humor y es mi forma de lidiar con las incertidumbres. El humor me ayuda a enfrentar los problemas densos de la vida, y también es como mi mamá lo enfrenta de manera natural. Viene de manera innata, personal, es la forma en que uno puede conectar con el personaje”, expresó el director.

El género apocalíptico tiene el potencial de ser un vehículo poderoso para la reflexión y la crítica, y la cinta de Iván aprovecha el espacio caótico para cuestionar al espectador sobre temas existenciales como: el propósito de vida y la validación personal. Al abordar estos cuestionamientos, la cinta refleja la vulnerabilidad del ser humano y cómo esta se moldea gracias a las experiencias que vivimos en nuestro día a día.

“Bego es un personaje muy vulnerable, que puede caer fácilmente en ciertas trampas: los hijos están lejos, no hay química con el marido y está confrontada a diario con su soledad. Estas cosas te brindan oportunidades para aferrarte a una verdad que puede emocionarte”, comentó el cineasta”.

El desafiar las convenciones narrativas del cine, explorar las complejidades de la condición humana y abordar cuestionamientos existenciales, todo a través de la ciencia ficción, son elementos que caracterizan al filme “No quiero ser polvo”, una apuesta cinematográfica singular y fascinante en su género.

¿Cuándo se estrena?

La cinta tuvo su estreno en la Ciudad de México, Cuernavaca, Guadalajara, Monterrey, Mérida, Morelia, San Luis Potosí y Tijuana, para luego extenderse por el resto de la República el pasado 4 de enero del 2024.

Actualmente, se encuentra en cartelera.